Como músicos son excelentes y divertidos. Como quinteto, rigurosos, perfeccionistas y comprometidos con todos los estilos por igual, sin preferencias. Como productores, inagotables e imaginativos. Como colectivo, intrépidos y viajeros. Como personas, cariñosos, vividores y comedores de paellas. Como profesores, que lo atestigüen sus innumerables alumnos de medio mundo. El afán de divulgar sus espectáculos les impulsa a llegar a todos los públicos y explorar todos los formatos, de ahí que las puestas en escena de sus espectáculos posean una nada despreciable carga educativa (observen en su múltiple repertorio como las coreografías y luces ilustran y aclaran las estructuras de las músicas) y una interacción con el público que provoca respuestas inmediatas. Y algo que me gusta especialmente de ellos: a cada una de las piezas que interpretan le dan un tratamiento diferente y adecuado, eso los convierte definitivamente en embajadores de la educación musical. Conclusión: los “Spanish” (como les llamamos sus fans) son un prototipo irrepetible.
Fernando Palacios